AGUJEROS Y ESPERANZAS

Os ofrezco estos relatos heterogéneos, inclasificables, cebados de pólvora literaria… Levantan acta de los agujeros negros del Poder y también algún ápice de esperanza… La esperanza de la Rebelión.

JAIME MIÑANA (desde la isla)

viernes, 29 de julio de 2016

Artículo en la revista especializada en comunicación ad Comunica sobre Bitácora a la deriva. Para una rebelión a cargo del Profesor Javier Hernández Ruiz



viernes, 22 de julio de 2016

Del Bushido en Celtiberia, entre el stilus y los códigos QR: el papel de la literatura en el mundo transmedial de Plot 28


PRÓLOGO PUBLICADO EN LA EDICIÓN ANALÓGICA DE ESTO NO ES BERLÍN (2015)

Las narrativas transmediales irrumpen en el arranque del siglo XXI como uno de los fenómenos más característicos de la cibercultura. Síntomas de dicha condición son la cantidad de proyectos y empresas que abordan este tipo de desarrollos y la atención recibida en investigaciones y artículos periodísticos y académicos. ¿Cuál puede ser el papel de la literatura en esta (aparentemente) nueva forma de crear, circular, distribuir, consumir y expandir, los relatos propios de las sociedades postcapitalistas o, mejor dicho, hipercapitalistas, en formatos multimedia y plataformas crossmediales?

La hipertrofia terminológica (remediación, hipermedia, intermedia, crossmedia, multimedia, multiplataforma, hipertexto, cibertexto…) puede derivar también en buzzwords como, en este caso, estaría sucediendo también con el sustantivo transmedia. Esta inflación aconseja ensayar aclaraciones que permitan conducirse con un mínimo de rigor conceptual y capacidad descriptiva para afrontar el apasionante, pero a menudo confuso, magma creativo que atraviesa la cultura de la convergencia mediática [1]. Partiendo de la convicción de que no existen los medios puros, es decir, que la intermedialidad siempre fue la condición de posibilidad de existencia, tanto creativa como receptiva, no sólo de los géneros y medios de la cultura de masas en transición hacia la cibercultura, sino también de las llamadas artes tradicionales, cabe constatar también la tendencia, agudizada por la digitalización masiva y extensión veloz de la implosión mediática en Internet, a que cada vez más obras y productos culturales tienden a existir y expandirse en distintos medios. El que exista esta tendencia no significa que todo producto cultural deba de cumplir con esta exigencia transmedial. En cualquier caso, como antes sucediera con conceptos clave de la teoría literaria tales como dialogismo o intertextualidad, la transmedialidad puede entenderse, a costa de simplificar un poco la gama de grises, en un sentido amplio y en otro restringido.  Si la entendemos como proceso más que como condición o esencia, la transmedialización, en sentido amplio, define el proceso por el que una obra se adapta desde un medio a otros transfiriéndose así un mundo narrativo o ficcional. Es importante aquí no limitar o hacer equivaler la noción de adaptación (entendida a su vez en sentido amplio, como todo transfer cultural) con la de transmedialidad ya que, mientras toda transmedialización implica una adaptación, no toda adaptación tiene por qué ser transmedial (reescrituras, parodias, remakes, etc.). A este concepto amplio de narrativa o relato transmedial, que podríamos llamar transmedialidad del tipo “bola de nieve”, se suma – y aquí está la particularidad del horizonte abierto con la formulación de Henry Jenkins en su célebre artículo en la MIT Technology Review[2]–  aquella forma de producción, diseñada para ser distribuida y expandida en distintas plataformas mediáticas, buscando la participación creativa de los consumidores y - esto no siempre se subraya  - , acentuando en la dinámica del conjunto la borradura creciente de los límites entre los hechos reales y los hechos ficcionales.  Jenkins ya señalaba que cada rama mediática de ese árbol transmedial debía dar al usuario el placer de aquello para lo que aquella estuviera mejor dotada, mientras que Robert Pratten, desde la perspectiva del productor, subraya que el placer del conjunto de un universo construido transmedialemente debía ser, en cualquier caso, superior a la suma de sus partes [3]. Por el camino se ha ido consolidando una idea del relato, encarnada por otro sintagma estrella, transmedia storytelling, con la que se cumple otra operación, apenas entrevista pero fundamental en la orientación mercantil del concepto, orientada a que los contenidos o las experiencias migren sin rozamientos ni dificultades a través de sus fronteras, asegurando así el éxito de un consumo auténticamente transmedial de la franquicia. Lo narrativo en tanto transmedial storytelling nos lleva a claudicar, de cumplirse lo anterior, de la idea de “discurso”, noción a partir de la cual el(los) lenguaje(s) de los medios se entienden como acontecimientos contextualizados, transidos de luchas de poder, imágenes de encuentros y arquitecturas de voces individuales, colectivas, de sociolectos, dialectos y hablas de todo tipo donde, como decía Mijail Bajtín, el escritor se enfrenta al reto de los retos: “toda la responsabilidad del mundo, una novela”.

Con estas breves reflexiones previas en mente, cabe destacar que este libro, Bitácora a la deriva. Para una rebelión, se presenta como una colección de textos que se integran en los intersticios de los documentales y la novela navegable del universo Plot 28, al que se vinculan tanto por vía de la intertextualidad literaria clásica, como por vía transmedial a través de la inclusión de códigos QR y de twits remediados, que pueden bien vincular y expandir la lectura a través de dispositivos móviles a las extensiones del mundo de ficción en la web, bien proyectarla participativamente al espacio de las redes sociales.  Más allá o incluyendo este enriquecimiento transmedial, esta ventana o plataforma impresa de Plot 28 hace lo que la literatura sabe hacer mejor: representar y emular la pluridiscursividad de lo social, provocar el encuentro y la hibridación de tiempos históricos, jugar en palimpsesto con las señas de identidad de un pueblo escenificadas en negro sobre blanco. Y lo hace, insisto, transmedialmente, enlazando los relatos a las expansiones web, los blogs o momentos y personajes desplegados en las otras plataformas del universo diseñado por sus creadores, donde la vocación literaria del autor o autores que se deslizan bajo los nombres de Jaime Miñana y Hernán Ruiz, es toda una respuesta a la pregunta con la que abríamos estas líneas.  

Partiendo de una premisa implícita, que compartimos, sobre el hecho de que la literatura no se relaciona con la política, que es, ella misma, política, Bitácora a la deriva es un experimento plurivocal de enunciaciones narrativas (no hay un punto de vista o foco narrativo único a lo largo de la colección de relatos) que presenta los rasgos distintivos de Plot 28 como narrativa transmedial: el juego de la autoficción y mezcla de personajes y hechos reales con otros inventados (la trayectoria vital previa a la trama central de Plot 28 del padre Javier Hernández en “Con la iglesia hemos topado”; o el miserioso origen del colgante regalado por Damián Forcés a la joven periodista Joana T. Silveria  en “Rui o la Excalibur hispana”), los escarceos también lúdicos con la ciencia y el pensamiento (“Las tres renuncias”, “Cuestión de cerebro”), la invitación a adoptar una postura no solo crítica sino activa en la realidad que se está describiendo, la defensa, arraigada en casos históricos, de la vida colectiva y casi eremítica (“Bushido, camino del guerrero”, “Contra potestatem”), la creación de mitologías lúdicas de la identidad nacional (“El jardín de las Hespérides”), a menudo vinculadas a la historia de las religiones y, sobre todo, de la iglesia católica (de tintes carnavalescos en “Infortunios de la indigestión cardenalicia”), la referencia intermedial al cine como centro de la cultura de masas (“El apartamento”) y laboratorio del que surge la narrativa transmedial en clave onírica y de  nuevo carnavalesca (“El destino de los héroes de película”), o bien  la reflexión sobre las tecnologías de la comunicación en la cultura digital (“El gol de Nayim” o el relato que cierra la bitácora “¿Era Franco un dibujo animado?”). No falta el gusto por la microficción (“La Edad Oscura”, “La amenaza de Andrómeda”) a veces con un concepto cíclico de la historia (“Morituri te saluntant”), modelo a partir del cual emergen algún momento de auténtica poesía (“El espíritu del museo numantino”) y la mezcla y experimentación de géneros, desde la distopía postcapitalista (“La Walhalla ensangrentada”) al rap (“El rap de los chupópteros”).

De los puntos más recónditos del territorio mítico de Celtiberia al NY de Warhol (“The Factory”, “Taxis, comisiones y conciencia revolucionaria”), donde se narran encuentros con inmigrantes (“Esperando la revolución latina”) contrapunteados luego de vuelta (el taxista magrebí de “El huevo de la serpiente”),  del desencanto individual (sentimental) ambientado en la ilusión de los 80 (“Lo querías todo”) al desengaño colectivo y pasividad ante la cleptocracia (“¡Qué más da!”), la retícula de estos textos apunta a una cartografía donde la oscilación entre lo local (en el sentido más restringido y casi étnico) y lo global delinea un writing space (recordando la metáfora de David J. Bolter) efectivamente “glocal”.

En todo ese gran tapiz hay alguna trama más gruesa que resuena con timbre dominante a lo largo del libro. La encontramos, por ejemplo, en “La historia más triste”, es decir, la  historia de España (la “más absurda” según la cita de Richard Strand), con el sangriento bajo continuo de conflictos y guerras y el hito de la contienda civil en su punto culminante. Dicha trama se entrelaza (y aquí está de nuevo el valor del desarrollo transmedial del proyecto) con los misterios que anidan en el caso Plot 28, como en “¿Por qué he luchado?”, relato de la vida del navarro Ignacio Irigoyen, promotor de la Hermandad 28, donde se traza la genealogía de la resistencia hispana contra “cualesquiera manifestaciones abusivas del poder temporal”. El tema y la cuestión del PODER también resuena en otro de los relatos míticos de la versión celtibérica del Bushido,  “Contra potestatem. Los rebeldes de la Cerca”. Todo ello sin abandonar la crítica sobre las grandes instituciones del desolador panorama último, como la CE (“Se han puesto las estrellas o el Rapto de Europa”) o la universidad (“Héroe de vacas gordas”), así como la enunciación del desconcierto de una generación que luchó por cambiar un país para verse un buen día transmutada en cancerbera de un sistema inhumano y corrupto (“Yo sí estuve en mayo del 68”) y que vive la vergüenza de la máculas más terribles de nuestra convivencia, como la violencia de género que cierra el recorrido o memoria de la voz femenina  a través de la historia de Celtiberia en “La Edad Oscura”. El libro, con una naturalidad coherente, es rico en voces narradoras de mujer. 

A fin de cuentas, esta bitácora, resultado consciente de las costuras de la interdiscursividad (historia, novela, ensayo, crónica, diario, retórica política, médica, científica, etc.) y la intermedialidad en la escritura literaria, invita al lector a asomarse a sus páginas (y de reojo a sus pantallas…) con la misma actitud activa que demandaba la vasija arévaca de “El espíritu del museo numantino”, donde una superviviente de la destrucción de Numancia “nos habla” desde “dentro” de los poros de la cerámica, ya que “solo las almas libres pueden intuirme”… 

Nos quedamos en este cierre con el relato más metaliterario y uno de los mejores de la colección, “Héroe pirandelliano”, muestra excelente, como decíamos al principio, de la conciencia literaria de los creadores de Plot 28, que saben bien que el poder inmersivo de los relatos transmediales deben mucho a la estirpe de Cervantes, y que la autoficción imprescindible para satisfacer el pervasive power de los seguidores de estos universos ciberliterarios y tardoposmodernos, se forjaron en la tradición dramática y dialógica que en la literatura en español cristalizó en las nivolas unamunianas, los apócrifos machadianos o los bucles y dobles borgianos. El personaje en busca de autor, Matías Larrodán, que ha logrado atravesar la pantalla de un ordenador Acer para saltar a este lado de la realidad, es el personaje transmedial, superador del ventrilocuismo del autor de dramas rurales a cuyo servicio acude, y que a su vez se nutre del último bardo o storyteller de Purujosa (aldea del Moncayo), para acabar poniendo rumbo a Zaragoza, donde se unirá al proyecto de cibernarrativa transmedial titulado Plot 28, y eso a pesar de que “a los personajes principales se les exigía una inédita interpretación de continuo trasiego entre las tripas informáticas” y que “pagaban muy mal”. El reto, y éste era “de órdago”, fue lo que decidió al vástago de Pirandello y debe ser el que mueva al lector de estas páginas que, conocedor o no del resto del universo Plot 28, se encontrará en cualquier caso con una provocación, tan literaria como política, diseñada para ser expandida y navegada, tanto como para ser leída.   

                                              
                                   Domingo Sánchez-Mesa

                         Catedrático en Teoría de la Literatura y
                  Literatura Comparada Universdidad de Granada
        



[1] Baetens, J. y Sánchez-Mesa, D. (2015) “Literature in the Expanded Field: Intermediality at the Crossroads of Literary Theory & Comparative Literature”, Interfaces. Image-Text Langages. Vol. 36, pp. 289-304.
[2] Jenkins, H. (2003). “Transmedia Storytelling”. MIT Technology Review. http://www.technologyreview.com/news/401760/transmedia-storytelling/

[3] Pratten, R. (2015). Getting Started in Transmedia Storytelling. A Practical Guide to Beginners. 2nd. ed. CreateSpace Amazon.

miércoles, 20 de julio de 2016

EL RAPTO DE EUROPA

Europa ha sido raptada y no precisamente por Zeus, como sugiere la mitología. El toro raptor de hoy día no es el padre de todos los dioses, sino la madre de todos los males, la avaricia de los mercaderes. Por eso Europa está cercada ahora en el círculo vicioso de una moneda, como sus estrellas, que ya no titilan sobre el firmamento azul, sino sobre un oro de tristeza infinita.