Hoy más que nunca este relato sobre Grecia cobra actualidad. Detrás de tanto ruido mediático, de tantas negociaciones con las cartas marcadas, está la lucha entre el vampirismo del desorden neoliberal y los principios de la democracia y la solidaridad que nacieron en aquellas tierras.
SE
HAN PUESTO LAS ESTRELLAS
O
El rapto de Europa
¿Para qué sirven las estrellas si se ponen siempre? ¿Para
qué serviría el Sol, que es nuestra estrella particular, si no amaneciera más?
33 años, dos carreras y un máster en Estados Unidos, inglés
fluido. Darío Silva se dirigió a la Puerta del Sol y prendió fuego a la bandera
azul cercada de estrellas. ¿Para qué sirven las estrellas si no titilan? Hasta
los jóvenes del punto de información de “Democracia Real Ya” se quedaron
pasmados. Era un calor asfixiante de 28 de junio de 2011 y el Parlamento griego,
blindado contra las masas que proclamaba representar, se disponía a suicidar su
país. Europa empezaba a agonizar por donde se alumbró. La supernova del Welfare State se estaba apagando y la
ciudadanía empezaba a odiar el Himno a la
alegría. Se imponía una tristeza de Chopin. La princesa de Tiro había sido
secuestrada, y no precisamente por Zeus.
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